El GR-11 , el "rompepiernas" del Pirineo (II) (por Javi)

El GR-11 probablemente sea el segundo sendero más transitado de la Península después del GR-65, más conocido como el Camino de Santiago. Pero hay otros grandes recorridos importantes en el resto de Europa como el GR-10 que recorre el Pirineo por la vertiente francesa, por tanto paralelo al GR-11 y el GR-20 que cruza la isla de Córcega en dirección Norte-Sur.

 Cuello de Tebarray desde el refugio de Respomuso, uno de los pasos más complicados del GR-11. (Javier M.A.).

La transpirenaica, nombre que recibe el GR-11, es una senda que parte desde el mar Mediterráneo (Cap de Creus) y llega hasta el mar Cantábrico (Cabo Higer); por supuesto puede ser a la inversa. Hay autores que recomiendan hacerla en este sentido alegando que de esta forma tienes el Sol a la espalda, pero, aunque el Sol es algo a tener muy en cuenta en montaña, la verdad es que sólo lo tienes en frente al amanecer y como se suele salir desde la parte baja de los valles, las montañas eclipsan al Sol hasta bien entrada la mañana. Así que esto depende del gusto de cada uno, personalmente creo que es mejor hacerlo desde el Cantábrico hacia el Mediterráneo.

Al cruzar todo el Pirineo por la vertiente sur pasa por cinco territorios: País Vasco, Navarra, Aragón, Andorra y Cataluña. También hay un pequeño tramo que pisa suelo francés. La mayor dificultad del recorrido se encuentra entre Canfrán y Parzán (Pirineo aragonés) y entre Benasque y Andorra. El resto del itinerario no presenta prácticamente ninguna dificultad, los tramos antes señalados aun siendo más complicados los puede realizar cualquier persona con una condición física aceptable.

 El GR-11 está preparado para hacerlo en cuarenta y siete etapas, según aparece en la topoguía (PRAMES, 1993 y PRAMES, 2000 –también hay ediciones posteriores-), pero esta distribución es algo orientativa, ya que hay etapas muy largas que es conveniente partirlas, como la de Sallent de Gállego/Sallén de Galligo al Balneario de Panticosa/Os Baños de Pandicosa, y otras que se pueden hacer dos el mismo día, especialmente en la zona de Girona, Navarra y el País Vasco. Por supuesto también depende de la capacidad de cada uno y de su disponibilidad. De todas formas aunque vaya a anochecer y no hayamos llegado al final de la etapa, durante el recorrido suele haber bastantes cabañas o mallatas que nos permitirán pasar la noche bajo techo.

Este sendero como la mayoría de los caminos públicos actuales, tiene su origen en las rutas empleadas antaño por los lugareños para comunicar unos valles con otros, tanto en sentido longitudinal como transversal (según miramos un mapa de los Pirineos orientado al norte) ya que también se pasaba a Francia por este tipo de rutas. En tiempos tenían gran tránsito de personas, que pasaban para visitar a sus familiares y conocidos, y de mercancías, para dar mayor salida a los productos de un valle. Con el tiempo y la aparición de la frontera entre Francia y España, la unión entre los diversos pueblos que pueblan el Pirineo se vio afectada. De esta forma se vieron separadas familias y amigos y se perdieron las rutas que cruzaban los Pirineos de norte a sur. No se perdieron del todo porque de forma clandestina seguían comerciando y relacionándose, aunque con menos intensidad. Lo que antes se llamaba comercio pasó a llamarse contrabando. La estocada definitiva a esos caminos (se encontraban tres tipos: carreteros, herradura y senderos) fue la motorización. Facilitó las comunicaciones llevando al olvido los antiguos caminos. Pero desde hace algunos años, en España una treintena, se está recuperando la antigua red de senderos para el ocio y disfrute de los ciudadanos. Así que estas rutas han experimentado un cambio notable a lo largo de los tiempos, ya que antes se utilizaban por necesidad y ahora es por desconectar de la rutina diaria. En la Península se empezaron a señalar por la influencia francesa que quería extender sus senderos hasta Gibraltar. Y ahora es la FEDME la que impulsa los senderos en Marruecos.